lunes, 7 de mayo de 2012

Los nuevos Ni Nis


   La coyuntura de crisis económica en la que estamos inmersos va a provocar la aparición de una nueva generación de jóvenes Ni Nis: los que ni pueden estudiar, ni pueden trabajar.
   Estudiar en una universidad española será notablemente más caro a partir del curso que viene. Las duras medidas anti crisis de PP no dejan a nadie de lado, afectan incluso a los que tienen menor capacidad para afrontarlas: los estudiantes. Cuando todos creían que el Plan Bolonia era la modificación más difícil y radical llevada a cabo en la universidad y las antiguas “licenciaturas” ya se habían hecho un hueco como “grados”, el Ministerio de Educación ha propuesto a las comunidades autónomas una modificación en el pago de las tasas universitarias que supone hasta 540 euros más al año en el coste de la matrícula. Pero eso no es todo, los repetidores se llevan la peor parte puesto que podrían llegar a asumir el 100% del coste de una plaza, entre 5.000 y 7.000 euros, según estimaciones del ministerio.
   El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, el pasado jueves 19, se reunió con representantes de todas las comunidades autónomas en la Conferencia General de Política Universitaria para comunicarles los cambios incluidos en un Real Decreto Ley. Al día siguiente, tras una intensa reunión en la que se trató la subida de las tasas universitarias, el Consejo de Ministros aprobó el decreto. Entre las medidas de ahorro previsto se incluye el aumento de tasas, que deberá aplicar en mayor o menor medida cada comunidad autónoma. Educación espera recortar de esta manera 3.000 millones de euros como medida para afrontar la crisis.
   El decreto ley del Gobierno de Mariano Rajoy, publicado ayer en el Boletín Oficial de Estado, obliga a los estudiantes a cubrir entre el 15% y el 25% del coste de la primera matrícula, entre el 30% y el 40% en la segunda, del 65% y al 75% en la tercera y entre el 90% y el 100% a partir de la cuarta matrícula, aunque la decisión final de subir las tasas se deja en manos de las comunidades autónomas, que son las que ejercen la competencia.
   En  Cataluña y Madrid, se aplicarán la subida de tasas universitarias de manera general a todo el alumnado con el objetivo de equilibrar sus cuentas. En las universidades públicas valencianas el coste de la matricula que pagan los estudiantes supone un 13% del total, por lo que el incremento aprobado por el Gobierno se traducirá en un aumento de unos 540 euros de media en la matrícula del próximo curso.
   Como muestra de la polémica decisión que se acaba de aprobar, podemos contemplar la iniciativa de la consejera de Educación de la Generalitat valenciana, María José Catalá, que intentó convencer al titular de Hacienda, José Manuel Vela sobre la necesidad de limitar el impacto de la subida de las tasas universitarias a los nuevos matriculados y a los repetidores. Catalá pretende que esta subida se aplique a los nuevos alumnos universitarios y a los repetidores, pero no a los estudiantes que ya están dentro del sistema educativo superior. Es cierto que los antiguos alumnos deben de contar con una serie de medidas de protección, pero el hecho de aplicar el decreto únicamente sobre los nuevos alumnos y los repetidores no es más que un rápido método para aumentar el fracaso universitario y desmotivar a los futuros estudiantes, incrementando la tasa de paro de los jóvenes.
   Es época de crisis, si, y todos los ciudadanos deben “arrimar el hombro”, pero el derecho a la educación debería ser prioritario. Primero los recortes en sanidad, ahora en educación. El cinturón aprieta cada vez más y aunque los españoles estén dispuestos a afrontar la situación, hacer cada vez más difícil la entrada a la universidad, sobre todo para aquellos que no pueden permitírselo es poner a las futuras generaciones una camisa de fuerza. Este decreto refleja en todos los sentidos la situación actual, la generación “Ni Ni”, “Ni estudio, ni trabajo”, cambiándole completamente su significado. Los “Ni Nis” son todos aquellos jóvenes que NI estudian NI trabajan (NI NI), pero ahora, tendríamos que cambiar la definición a “todos aquellos jóvenes que ni pueden estudiar, ni pueden trabajar”.